lunes, 20 de agosto de 2012

CARTA ABIERTA A OLLANTA HUMALA

Esta carta la envíe el pasado 7 de agosto a la redacción de un importante diario limeño, La República, cuyo editor de la página de Opinión finalmente la publicó, muy recortada, en la sección Lectores. La pongo ahora, íntegra, en conocimiento de mis amigos y de los lectores en general. En algunas circunstancias, expresar los puntos de vista de uno sobre la marcha política del país es una necesidad; en este caso, hablarle con claridad al presidente Humala es, para mí, una obligación moral.
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UNA CARTA IMPOSTERGABLE
AL PRESIDENTE DEL PERÚ


Señor Presidente:
El 3 de julio pasado, la Policía Nacional y soldados del Ejército Peruano dispararon sus armas de guerra contra simples manifestantes en Celendín, Cajamarca, mi ciudad natal. El tiroteo criminal y selectivo dejó un saldo de cuatro muertos, entre ellos un adolescente, y decenas de heridos. Un quinto cajamarquino fue asesinado el mismo día, en Bambamarca, también a balazos, por la policía. Y un mes después, su gobierno, comandante Humala, ha prorrogado el estado de emergencia, mejor dicho las condiciones para que baños de sangre como estos se repitan impunemente.
Con los hechos del 3 de julio culminó una ola de violencia y agresión sin precedentes, contra la población de Cajamarca, por parte de la policía y la tropa que su gobierno ha enviado a la región para militarizarla e intimidar a los habitantes que se oponen a la devastadora minería que practica Yanacocha en la zona. “¿Por qué nos tratan así?”, imploró una humilde madre cajamarquina en una manifestación, en medio de una lluvia de balazos, culatazos, patadas y puñetes policiales. “¡Porque son perros, pues, conchetumadre!”, ladró con odio y rabia el uniformado que la atacaba. Desde entonces flotan en mi espíritu preguntas que me hubiera gustado hacerle en persona, comandante Humala: ¿Esa es la consideración que le merece a su gobierno la inmensa mayoría de peruanos? ¿Esas son las consignas que el poder ha dado a nuestros soldados y policías para que traten con sus hermanos? ¿Quién les ordenó atacar y matar de ese modo?
A la tragedia se suma una ironía cruel. Un año atrás, esos muertos, heridos y golpeados en su inmensa mayoría habían votado por usted, para que sea Presidente del Perú. Votaron por usted y por la esperanza, por la promesa que usted lanzó, libre y voluntariamente, en plazas y tribunas, de que los defendería, de que impediría que continúe el imperio de la minería salvaje y sus macabras prácticas, que incluyen la intimidación sangrienta, la violencia y la corrupción. Las víctimas han sido, pues, víctimas de quien creían su salvador.
Me hubiera gustado escribirle, señor Presidente, para saludarlo y felicitarlo por el primer año de su gobierno y por el cumplimiento estricto del programa que prometió a sus electores, a nuestro país, pero, ya ve, esto me es imposible. Aunque debo confesarle que abrigaba la esperanza de que en su reciente Mensaje a la Nación no sólo nos explicara las equívocas, erráticas y continuistas políticas que su gobierno aplica desde que llegó al poder, sino también, y sobre todo, que diera una explicación coherente y pidiera perdón a Cajamarca —anunciando sanciones— por los crímenes de Celendín y Bambamarca, hechos bárbaros e inimaginables en cualquier sociedad civilizada. Por eso esperé hasta el último día de julio y aun la primera semana de agosto, a la espera de una saludable rectificación. Nada de esto llegó.
Si usted y su gobierno creen que Cajamarca es un rincón perdido del país al que se puede humillar y despreciar impunemente están cometiendo otra trágica equivocación. Al respecto tal vez debo recordarle que en el pasado ya fuimos ocupados militarmente en dos ocasiones: en 1882, durante la guerra con Chile, y en 1932, después la revolución de Trujillo. En el primer caso, usted, como buen conocedor de nuestra historia, sabe que Cajamarca dio la última batalla victoriosa de los peruanos frente al ejército invasor chileno, que los jóvenes colegiales cajamarquinos, encabezados por Gregorio Pita, José Manuel Quiroz y Enrique Villanueva, dieron su vida en San Pablo en defensa de su tierra, sus ideales y su patria. Nada de eso está olvidado. Y en 1932, arriesgando mucho, los celendinos protegieron a los revolucionarios perseguidos y salvaron la vida, entre otros, del escritor Ciro Alegría, que iba a ser fusilado por los esbirros de la dictadura. Cajamarca sabe pues resistir y tiene de donde inspirarse.
He dudado antes de enviarle esta carta abierta, consciente de que el género epistolar ha perdido vigencia. Las circunstancias peruanas, y en particular las cajamarquinas, por la evidente voluntad de su gobierno de imponer el proyecto minero Conga, ilegal desde su raíz, hacen sin embargo este envío urgente e impostergable. Es obvio que si no hay una rectificación urgente de su gobierno en el actual conflicto, los costos, en todos los planos, para el Perú y Cajamarca, serán elevados y terribles. Le ruego por lo tanto que reflexione al respecto y vuelva a su programa original de gobierno. Es la única salida. Nadie le pide que haga la revolución, sólo que cumpla honestamente con su palabra y vuelva a su programa de transformación verdadera que un centenar de escritores e intelectuales avalamos y respaldamos, refrendándolo como garantes. El pueblo peruano le ha dado un mandato sagrado que no debe ser traicionado.
A estas alturas, señor Presidente, no me queda sino pedirle que reflexione sobre lo que implicará para usted y para su gobierno su obstinación por imponer un proyecto que la mayoría de la población de Cajamarca aborrece intensa y documentadamente, no por odio cerril a la modernidad ni al desarrollo como creen algunos maliciosos e interesados, sino porque la experiencia le ha hecho descubrir hasta la saciedad lo que los ecologistas de todo el mundo saben ahora: que el ultraextractivismo minero devasta el planeta y mata la vida. Usted está en el centro de una página decisiva de la Historia del Perú. Usted elige cómo quedará registrado en ella para siempre.
Atentamente,

Alfredo Pita

París, 5 de agosto de 2012.
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6 comentarios:

  1. Aplaudo la decision de Alfredo Pita, lamento tambien la vidas perdidas; en cuanto al carta en si, pienso que carece de objetividad, pues responsabiliza solo al gobierno de OH. y que paso con lo grupos de manipuladores radicales? esos que que estan utilizando a la poblacion. Alfredo usted es un periodista objetivo, asi que no se puede dejar utilizar. Las reglas han sido definidas muchos anos antes; las competencias del gobierno central frente a recursos que pertenecen a todos los peruanos son claras. El gobierno ha impuesto condiciones para asegurar el abastecimiento del agua. Yo le diria que en este momento lo mas importante es dejar trabajar a los facilitadores; no es nada democratico patear el tablero y poner como condicion que el proyecto minero conga se anule, piensen en la poblacion y dejen de hacer sus calculos politicos.
    Espero que pronto regrese la calma a Cajamarca.
    Atentamente
    Cabinero

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  2. Por la verdad y la justicia, siempre, querido Alfredo. Siempre a la orden para defender las causas justas y en el momento oportuno. Parafraseando a Chacho Martinez : "Se nos recomienda vigilar al enemigo. Se nos recomienda vigilarlo en su vigilia. A nosotros, las hormigas que desconocemos su terreno" . La carta con la aclaracion pertinente esta nuevamente en el aire cumpliendo su noble mision. Reitero mis felicitaciones y saludo tu valentia, compromiso para decir las cosas.

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  3. Alfredo, me sumo a todo lo que dice la carta; ojalá llegue a la mesa de la presidencia y declaren que Conga no va.
    Mis saludos y respetos desde Tacna.
    Willy Gonzalez

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  4. Ironicamente la imagén y actitut del senor Ollanta Humala me recuerda, exactamente, a la acción cobarde del presidente celendino don Miguel Iglesias. Ollanta entregó Conga a Newmont, a pesar que prometio salvaguardar nuestras lagunas y Miguel Iglesias entregó con el tratado de Ancón nuestras queridas ciudades de Tarapaca y Arica.

    Senor HUMALA usted SE BURLO DE NUESTRO PUEBLO, dejandolo sumido, por no decir, sumergido en una profunda tristeza; donde cajamarquinos, celendinos, bambamarquinos, etc repozan actualmente en una tina de llanto con aguas rojas, respirando solo dolor. La historia Sin Fin, nuevamente, se repite „Un pueblo con sed de justicia depósita su confianza y esperanza en un angel vengador, para que este haga justicia a tantos desacates hechos por los antiguos gobiernos y el sistema dependiente mundial. A mi también me hubierá gustado decir orgullosamente: Senor Humala usted hizó el cambio en nuestro país!.. pero lamentablemente eso no fue asi...! convirtiendose, a causa de su proceder, en un traidor más de mi querido Paraiso del Eden Celendin. Humala prometió protección y lealtad a los intereses de sus pobladores y de su recurso hidrologico „el agua“ fuente de vida y sustento económico de la comunidad cajamarquina; pero que fue lo que hizó Usted senor Humala..! No solo no cumplir su palabr; sino más bien beneficiar los interese de los de afuera. Traidor es usted al igual que nuestro presidente celendino Miguel Iglesias, que entregó en el ano 1883 Arica y Tarapaca a los chilenos, a pesar del que pueblo cajamarquino derroto a los chilenos en San Pablo. HUMALA ERES UN TRAIDOR...! todavía estas a tiempo de cambiarlo. Tienes a un pueblo que puede apoyarte, si es que estas titeretiado. Solo deja de ser cobarte y lucha por detener el sistema...

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  5. Jorge Antonio Chávez S.29 de agosto de 2012, 17:48

    Alfredo:
    La entrevista que te hace el diario La Primera te presenta tal como eres siempre, lúcido y crítico, y tus juicios expresan bien nuestro pensamiento, nuestros sentimientos.
    El gobierno, que hasta el momento traiciona a los que lo llevamos al poder, dejándonos la sensación de haber sido timados por una facción enmascarada del fujimontescinismo, tiene felizmente quien le diga las cosas claras, como tú. Es lamentable que otros escritores con un nombre se callen frente a lo ocurrido en Celendín, Bambamarca y Cajamarca.
    Alfredo, tu posición es clara en lo tocante a la suspensión de Conga por parte de la Newmont (si ellos no lo declaraban el gobierno seguro iba a seguir en su empeño de imponer el proyecto a como diera lugar) pero eso no basta, como dices en la entrevista, Cajamarca necesita y exige una definitiva cancelación del mismo.
    Un abrazo.

    Jorge Antonio

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  6. Tu carta es hermosa he ahí la misión del poeta: "Ser boca del que no tiene boca". Estoy leyendo los comentarios a tu carta. Los poetas y escritores de Celendin debemos hacer manifiestos como el tuyo; aparte de eso, el nombre de Miguel Iglesias debemos borrarlo de la historia celendina, así como cambiar el nombre del distrito del norte de nuestra provincia.
    Cordialmente un abrazo paisano.

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