lunes, 7 de agosto de 2017

Una partida de nacimiento

Primer Encuentro Nacional de Poetas Peruanos, Chiclayo 1966. Premio al Poeta Joven.
En agosto de 1966 yo tenía diecisiete años y me ocurrió algo que marcó mi vida al tiempo que consolidó mi vocación. En la ciudad de Chiclayo, en el norte del Perú, se realizó el Primer Encuentro Nacional de Poetas Peruanos. Lo organizó la Casa de la Cultura, que dirigía el español Luis Casado Meroño. Fueron convocados todos los poetas importantes que había en el Perú en ese entonces, así como los críticos y profesores de literatura más connotados. En el marco de ese encuentro se convocó un concurso literario, al premio Poeta Joven, que estaba orientado a los poetas de la región que empezaban. Me presenté sin convicción, con un manojo de poemas de corte machadiano que titulé “Hacia los valles”, y me dieron el primer premio. Me lo dieron en forma compartida con el poeta Francisco Serrepe. También recibió un premio otro amigo y condiscípulo, el poeta Julio Carmona. En una ceremonia que recuerdo mal me dieron un diploma del que, al cabo de una vida de mudanzas y de viajes, ahora sólo queda la fotografía que publico aquí. Es un documento entrañable que tiene un enorme valor para mí. Cuando acabó la ceremonia de premiación, en la que participé en forma brumosa y atolondrada, de pronto tuve un momento de lucidez y les pedí a los poetas que admiraba, y a todas esas importantes personas que me habían tratado con amistad, que también me firmaran el diploma. El resultado es el que ven. Es una auténtica partida de nacimiento, llena de testigos. Algunas frases y dedicatorias no las he podido descifrar, por lo que pido ayuda a los especialistas. No hallo, por ejemplo la firma de Manuel Scorza, que junto con Pablo Guevara literalmente me tomaron bajo su protección en esos días de Chiclayo. Si alguien me pudiera ayudar, mucho se lo agradecería.

FIRMAS Y DEDICATORIAS

En la caja central:
Para Alfredo Rafael Pita, mi abrazo cordial, Augusto Tamayo Vargas
Para mi amigo, el poeta Rafael Pita, afectuosamente, Antonio Cisneros
A Alfredo Pita Chávez, con mis congratulaciones, Carlos Germán Belli
Alfredo, que tu camino sea el de la esperanza y la batalla, Luis Nieto
Salud y más canciones, Omar Aramayo
A Alfredo Rafael Pita, cuyo premio y una obra es digna coronación del Primer Encuentro de Poetas. Con el aprecio cordial y la amistad de Una firma indefinida
Los mejores augurios para otros futuros premios, Estuardo Núñez
Para Alfredo, Julio Ortega, confiando en el trabajo
Un pelo de mis labios en tu nombre, con el alba que nos falta, Julio Carmona
Para Alfredo, poeta. Todo sea por la revolución, Winston Orrillo
A Alfredo Pita, deseándole rosas en el camino, Chiclayo, agosto, 66, Mario Florián
Un triunfo es sólo un paso: una vida es una camino. Con afecto, Juan Gonzalo Rose
Lo felicito cordialmente, Una firma indefinida
A Alfredo Rafael Pita, poeta, amigo y hermano en el riesgo y la aventura, Pablo Guevara
Para Alfredo, con las esperanzas del que encuentra, no del que busca, 28.VIII.66, Luciano Herrera
Una firma, Manuel Ibañez Rosazza

Margen superior:
Alfredo: huya de la facilidad y del sectarismo. Con fe en la poesía, Alberto Escobar
Me adhiero, Cecilia Bustamante
Por los triunfos, Una firma indefinida
Para Alfredo Rafael Pita, en cuya poesía se mira el porvenir peruano, Gustavo Valcárcel
Con un abrazo de José Miguel Oviedo
Una firma, Elio Otiniano Mauricci

Margen izquierdo:
Alfredo, mis felicitaciones. El camino del arte es luminoso: Que te alumbre, Reynaldo Naranjo
Que este premio sea el primer escalón al Premio Nacional, Alfredo José Delgado Bravo
Una firma, Demetrio Quiroz Malca
Una firma, Marco Antonio Corcuera ?           
Una firma indefinida

Margen derecho:
Los valles son profundos: que vivas siempre en ellos, Washington Delgado
Congratulaciones, Eugenio Buona
Una firma indefinida
Para que sigas riéndote, Una firma indefinida

Margen inferior:
Para Alfredo Rafael Pita, compartiendo su alegría y su triunfo, Juan Ríos
Mi afectuosa felicitación al joven poeta, Una firma indefinida
Para Alfredo, fraternalmente agradecido, Hildebrando Pérez Grande
En la esperanza de una persistencia en la poesía, aunque sea heroica, Una firma indefinida
¡Viva la vida, carajo!, Eleodoro Vargas Vicuña.