viernes, 15 de febrero de 2019

Recordando a Porras Barrenechea, o la dignidad

Diario Uno, 3 de febrero 2019

El fantasma de
Porras Barrenechea nos vigila

Alfredo Pita

Hubo alguna vez a la cabeza de nuestra cancillería un hombre que llenó de dignidad al Perú.
En la coyuntura actual, cuando hay rumores de botas y de invasión contra Venezuela, el canciller peruano, Néstor Popolizio, estaría embarcando al Perú no solo en una conspiración política contra ese país hermano, sino también, según algunas versiones, comprometiéndolo para participar directamente en una agresión militar. Esto debe ser esclarecido cuanto antes.

El canciller Raúl Porras Barrenechea y Popolizio, su indigno sucesor.

El Congreso peruano debe convocar con celeridad al canciller para que explique al detalle al respecto. La izquierda debe presentar una iniciativa en este sentido. Es de una urgencia histórica.
Hubo alguna vez a la cabeza de nuestra cancillería un hombre que llenó de dignidad al Perú. Se llamó Raúl Porras Barrenechea. Fue maestro y literato, historiador y diplomático. Fue un peruano de cultura y de principios. Fue alguien que tenía una visión equilibrada y optimista con respecto al país y su futuro, en la medida que los peruanos nos conociéramos y asumiésemos nuestra condición de pueblo rico por nuestros orígenes y posibilidades.
El 23 de agosto de 1960, como ministro de Relaciones Exteriores, asistió a la séptima reunión de cancilleres de la OEA, realizada en San José de Costa Rica. En la misma, EE.UU. pidió la condena y el aislamiento de Cuba, cuya revolución acababa de declararse socialista. Como era previsible, casi todos los delegados se plegaron ante el úkase.
La excepción vino del Perú. El canciller Raúl Porras Barrenechea era un hombre ilustrado, pero también un conservador que nunca había asumido posiciones izquierdistas.
Sin embargo, y pese a las instrucciones recibidas del presidente Manuel Prado, su discurso lo hizo entrar en la historia porque puso los principios por encima de todo, los principios de los pueblos y los suyos propios.
“El artículo 15 de la Carta de la OEA establece que ningún estado o grupo de estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, ya sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro, y agrega terminantemente que este principio excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o dependencia atentatoria de la personalidad del estado y de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen”, dijo Porras, al fundamentar su negativa, para asombro de la delegación norteamericana y de la opinión mundial, antes de lanzarse en una defensa esperanzada de Cuba y sus opciones.
Al volver al Perú, el hombre que encarnó la dignidad del Perú y de América Latina, tuvo que renunciar y poco tiempo después murió de un ataque cardíaco.
¡Qué diferencia con el panorama actual! El canciller Popolizio, directamente salido de la cantera diplomática del fujimorismo, no debe sentirse con las manos libres para seguir comprometiendo el futuro del Perú y del continente, evidentemente guiado por líneas estratégicas e intereses que no son ni serán nunca los nuestros. El fantasma del canciller Raúl Porras Barrenechea lo vigila y nos vigila a todos.